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Columna de Opinión – Probidad, y un pequeño puñado de buenas costumbres de nuestra cultura empresarial

En cada proyecto en el que nos vinculamos profesionalmente, nos preocupamos por el más mínimo detalle para asegurar que nuestra línea de trabajo nunca se comprometa. Aunque esto pueda sonar obvio, nuestra empresa, especialmente en las áreas de ingeniería, hemos mantenido durante años una lista de buenas prácticas que nos han permitido ganarnos la confianza de nuestros colaboradores y llegar a las licitaciones con una oferta que refleja nuestra profesionalidad.

 

Nuestro país tiene una historia marcada por casos de corrupción. Es de conocimiento público el caso Coimas o MOPGATE, que ocurrió en Chile hace más de 20 años. Pero ¿es realmente difícil entregar un servicio de calidad cercano a la probidad y dejar atrás este estigma? Nuestra respuesta es que no es difícil. Solo requiere mantener un mínimo estándar de calidad humana y el más alto nivel profesional, junto con un conjunto de buenas costumbres.

 

Aunque parezca evidente, certificar que los profesionales con los que trabajamos tengan las credenciales profesionales que dicen tener, es parte de asegurarnos de que estamos contratando a personas con competencias reales. Asimismo, pagar un sueldo acorde al mercado, de forma puntual y bajo las condiciones contractuales, son prácticas básicas que seguimos día a día.

 

En cuanto a nuestros stakeholders, siempre buscamos evitar conductas contrarias a la libre competencia y no recurrir al tráfico de influencias para obtener beneficios. De esta manera, participamos de forma equitativa en los procesos de licitación, junto a todas las empresas interesadas. Competimos con las demás empresas y con nosotros mismos.

 

Nuestra empresa siempre busca cuidar los intereses legítimos de nuestros clientes y trabajadores. Realizamos los proyectos con integridad y lealtad, prestando constante atención a la calidad del proyecto, a los actores humanos involucrados, la salud, la prevención de riesgos, la resolución temprana de conflictos e incluso la responsabilidad con el medioambiente.

 

La rectitud constante en nuestras faenas está siempre conectada con la probidad. De esta forma, nuestras buenas costumbres se integran a la creación de nuestra propia cultura empresarial, que busca responsabilidad y honradez en cada momento.

 

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Pablo Godoy Cárdenas

Gerente de Comunicaciones y Medios

Grupo O2

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